Debido a la falta de conocimiento y valoración por parte de la sociedad magallánica actual hacia sus propios antepasados, es decir, hacia los pueblos ancestrales que por tantos años recorrieron sus fiordos y canales, dos alumnas de la Universidad de Magallanes, estudiantes de 5to año en la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia, Claudia Miranda Aros y Valeria Nahuelquén Gonzales, ambas nacidas en Punta Arenas, deciden desarrollar el proyecto educativo “El juego en el pueblo Kawésqar” con el principal objetivo de enriquecer el sentido de pertinencia cultural desde la primera infancia.
Es así como dicho proyecto educativo fue llevado a cabo desde septiembre hasta diciembre del 2018, en los niveles medio mayor, de niños y niñas de entre 3 a 4 años de edad que asisten a jardín infantil “Bambi” perteneciente a JUNJI.
Las alumnas buscaron cautivar y despertar el interés de los párvulos por este tema a través de diversas metodologías de carácter lúdico, tales como: títeres alusivos a la etnia, teatros de sombras, dado cuenta cuentos, bingos con elementos de la etnia, abarcando formas de vida de este pueblo, como su alimentación, vestimenta, palabras en lenguaje Kawésqar y así como también, en las últimas semanas de su desarrollo, la recreación de juguetes del pueblo Kawésqar en conjunto a los niños tales como pelota, arco y flecha, canoas pequeñas, honda y At (vivienda) en miniatura.
Para el cierre de este proyecto ambos niveles educativos trabajaron en la creación de microcuentos, lo cual representa lo logrado y aprendido por los párvulos:
“La familia Kawésqar tenía mucho frío, se tapaban con piel de guanaco y se fueron en la canoa con su bebé por las aguas de Puerto Edén.” Emiliano Macías, 4 años.
“Había unos árboles y los niños Kawésqar jugando en la cocinita, un día la canoa se fue sola por el agua y los Kawésqar no pudieron volver a su casa…Nunca más volvieron” Dara Guevara, 4 años.
“Una vez Martín pescador se encontró con su amiga la ballena franca y fueron a buscar al lobo marino que se perdió en el mar de Puerto Edén, y estaban muy tristes buscándolo hasta que lo encontraron tomando sol en las rocas.” Belén Ponce, 4 años.
“En Puerto Edén los papás Kawésqar se encontraron con el lobo marino y también con la ballena franca, mientras los niños estaban en la canoa y los saludaron.” Leonor Soto, 4 años.
Los relatos fueron entregados a la comunidad magallánica, a modo de difusión en la plaza de armas de la ciudad de Punta Arenas.