Nuestro país se encuentra viviendo una compleja situación epidemiológica relacionada con el aumento inesperado de las enfermedades respiratorias causadas por virus estacionales de invierno que se encuentra desafiando nuevamente la capacidad resolutiva de nuestro sistema de salud.
Durante las últimas semanas hemos observado con preocupación un alza sostenida de las consultas de urgencia y los ingresos hospitalarios principalmente en población menor de cuatro años a causa de los virus respiratorios. Situación que prontamente afectará también a nuestra población mayor.
Tras dos años en que el virus Sars Cov 2 predominó y tensionó a nuestro sistema de salud, especialmente hospitalario, el término de las medidas más restrictivas ha ocasionado que los virus típicos invernales como el Virus Sincicial Respiratorio (VRS) e Influenza, resurjan y afecten con mayor gravedad a la población dada la pérdida de la memoria inmunológica a estos agentes infecciosos.
El adelanto en la circulación de estos virus y el aumento en los contagios ha logrado tensionar nuevamente el funcionamiento de las unidades de cuidados intensivos (UCI) especialmente pediátricas, las que en algunas regiones ha superado el 90% de ocupación por esta causa.
Esto, sin lugar a dudas configura un panorama que nos llama a estar alertas y aumentar las medidas de precaución contra enfermedades respiratorias. El VRS se ha convertido en la principal causa infecciones virales causante de bronquiolitis (inflamación de las vías respiratorias pequeñas de los pulmones) y neumonía en la población lactante y preescolar principalmente, sin embargo, también puede afectar a población de personas mayores de 65 años especialmente si son inmunocomprometidos o si, además, tienen patologías concomitantes. Este virus es altamente transmisible y se disemina por medio de gotitas de la saliva de personas sintomáticas por 3 a 8 días, pudiendo durar hasta 15 días en la vía respiratoria. Sus síntomas se presentan dentro de los 4 a 6 días después de haberse infectado y generalmente incluyen: coriza, pérdida de apetito (en lactantes y preescolares), tos, estornudos, fiebre y sibilancias. En los lactantes los únicos síntomas que se podrían presentar son irritabilidad, menor actividad y dificultad para respirar.
Las medidas de prevención del contagio cobran mayor relevancia considerando que no existe vacuna contra el VRS aprobada en Chile; en este sentido, vacunarse contra el Sars Cov 2 y la Influenza es fundamental para evitar la coexistencia simultánea de VRS con estos virus que pudiese complejizar más la situación de salud.
Junto con la vacunación, es importante no perder de vista otras medidas preventivas comunes para todos los virus respiratorios: lavado o higienización frecuente de manos, cubrirse con el antebrazo al estornudar o toser, ventilar los domicilios y utilizar mascarilla; así como evitar exponer a niños y personas inmunocomprometidas a lugares muy concurridos y de alto riesgo, como encuentros sociales y familiares donde existan personas con enfermedades respiratorias.