OPINIÓN: Una patagonia sin acuerdo de Escazú

Por Eva Bahamonde T. Asistente Social de Aysén - @evagabrielabt

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El Patagon Domingo

 

Hace ya 20 años llegué a la Región de Aysén. Con solo 19 años, quedé maravillada con su belleza escénica y la variedad de sus recursos naturales que eran perceptibles por todos mis sentidos. No dude en que continuaría viviendo aquí los siguientes días de mi vida. Ya en ese entonces se hablaba de Alumysa, proyecto que consistía en la construcción de una planta destinada a la producción de aluminio, la cual se ubicaría en Aysén, en el sector de Bahía Acantilada.

Esto involucraba también la construcción de 2 centrales hidroeléctricas, un puerto para naves mayores y la planta refinadora de aluminio. El impacto ambiental negativo, los intereses de empresarios de la salmonicultura, las irregularidades que sorteaba este proyecto, más la intervención de la ciudadanía, desechó dicha construcción a pesar de los vaticinios de los poderes empresariales, que como siempre, auguraban gran cantidad de empleos e inversión en el desarrollo de las localidades a través de la “Responsabilidad Social Empresarial”.

Carrera aparte, corrían HidroAysen y Energía Austral con sus proyectos de mega centrales hidroeléctricas más recientes y cuya historia ha sido muy bien descrita por muchos amigos y amigas a través de canciones, documentales, obra de teatro, columnas, etc., generando un tremendo movimiento ciudadano, conocido y estudiado a nivel internacional.

Hoy, el cuidado y proyección del medioambiente sigue siendo de total contingencia, pero además de urgencia, estamos siendo re-activos cada vez que sin consulta alguna y a nuestras espaldas quieren explotar nuestros recursos naturales sin medir impacto social, medioambiental y mucho menos de salud y seguridad.

En definitiva, estamos en constante atención de los propósitos inescrupulosos de unos cuantos, que quieren lucrar con el bienestar de muchos.

A partir de este 27 de septiembre, los gobiernos de América latina y el Caribe están convocados a firmar el Acuerdo de Escazú (Costa Rica), el cual es un acuerdo regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales

Con este acuerdo firmado tendríamos la oportunidad de saber cómo un proyecto en particular pudiese impactar en el medioambiente, podríamos exigir ser consultados, participar cuando se tomen decisiones que pudiesen impactar de manera negativa los ecosistemas.

El acuerdo también reconoce el derecho de todos y todas a pertenecer a un medioambiente sano y obliga al Estado a proteger a las personas y agrupaciones que defienden el medio ambiente.

Tendríamos la potestad de acudir a la justicia y solicitar reparaciones si se impacta de manera adversa a los cuidados medioambientales. Sin embargo, mientras la máxima autoridad nacional, en cadena nacional afirma que su principal interés es el cuidado de los ecosistemas, no han firmado aun este acuerdo y aun no hay respuesta del plan de contingencia frente a los hechos en Puchuncaví y Quinteros. Por lo demás, este 24 de septiembre, se aprobó por parte del gobierno a través del SEA (Servicio de Impacto Ambiental) la explotación de carbón en la mina Invierno en la Región de Magallanes Patagonia Chilena, ante lo cual surgieron declaraciones como la del Director de Greenpeace, Matías Asún, quien señaló que “el Gobierno acaba de aprobar su beneplácito para que se vuele un pedazo de la Patagonia y así se siga produciendo carbón a bajo costo. Dicho de manera simple: el gobierno acaba de subsidiar a una empresa privada para que genere combustibles fósiles a bajo precio y pueda seguir siendo un negocio rentable“. Carbón que se destina a las fábricas de Quintero y Puchuncaví, entre otras.

Todo esto no se aleja de la realidad local y es por ello que vecinos, amigos y agrupaciones se están organizando desde los propios territorios, para evitar que en nuestra región también pasemos a ser “Zona de Sacrificio”, sin chistar ni reclamar acerca de lo que pretenden realizar en la cuenca del Lago General Carrera.

Fue así como la semana pasada tuvimos la visita de Sara Larraín, Directora de Chile Sustentable, invitada por la Agrupación Puro Ibáñez, donde se concretó el seminario “Agua, minería y agricultura: ¿Una relación virtuosa?”, con el objetivo de esclarecer cuáles son las pretensiones de la empresa minera Laguna Gold, que tramita una Declaración de Impacto Ambiental para instalar a unos pocos kilómetros de la localidad, 101 plataformas de prospección minera. En dicho seminario, se excusaron de participar tanto agentes de la empresa minera, como representantes del gobierno y SEA.

Es sencillo navegar en Internet para informarnos de lo nefasto de los impactos ambientales que producen las mineras a nivel global, cuáles son las secuelas no solo medioambientales en la salud de las personas y las devastaciones socioculturales de las zonas de explotación.

Es por ello que debemos ser responsables de informarnos e informar a nuestros vecinos y vecinas, ya que las empresas transnacionales realizan limpieza de imagen a través de aportes a la comunidad, a cambio de la devastación de los ecosistemas, no han tenido criterio. Es por ello que estaremos atentxs y activxs a los propósitos que se nos avecinan para evitar en un futuro estar lamentándonos. Nuestra región tiene una intrínseca vocación turística y es reconocida a nivel internacional por ello. Lo cual es una fuente laboral inagotable que puede ser heredada de generación en generación, habiendo suficiente territorio para la exploración, turismo aventura, agroturismo, turismo científico, etc. De hambre no moriremos, porque cuando dicen que son las transnacionales las que brindaran empleos estables y seguros, es más de lo mismo, explotar hasta más no poder y luego abandonar los territorios devastados, las comunidades intervenidas socioculturalmente y enriqueciendo a los mismos de siempre.

FuenteEPD
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