Los cuidados son todas las acciones que nos permiten mantener la vida, en las distintas etapas de nuestro desarrollo. Abarcan tareas de la vida cotidiana como el aseo personal o
la alimentación, la administración de medicamentos o simplemente la compañía. Pero también, algunas de asistencia cuando la persona presenta una situación de dependencia.
Sea cual sea la razón, está claro que todas y todos hemos necesitado (y de seguro necesitaremos) de otra persona que nos apoye con cuidados para desarrollarnos de manera óptima.
A pesar de que a simple vista puede parecer evidente que un niño pequeño no va a
sobrevivir si no le alimentan, y por ende, el cuidado es central en su existencia, a nivel
social no le damos la importancia que requiere. Ya que actualmente no contamos con una red público-privada que apoye estas necesidades, ni tampoco está garantizado como un derecho fundamental. Los cuidados se han configurado como una tarea que es
responsabilidad principal de las familias, razón por la que la persona que cuida muchas
veces debe enfrentarse a esta tarea en soledad. Dicho aspecto va a repercutir a futuro en su salud mental y física, lo que lamentablemente les pone en una situación de mayor riesgo a estar en situación de dependencia.
A ello debemos agregar que históricamente ha sido realizada principalmente por mujeres.
Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (2019) en la región de Magallanes y
Antártica Chilena la tasa de participación femenina en los cuidados no remunerados es de un 47%, mientras que en los hombres es un 40%. Las mujeres destinan en promedio 2,92 horas al día a esta labor, mientras los hombres dedican 1,76 horas en el día. Es decir, no sólo dedican más tiempo, sino que además no pueden optar a un sueldo que les de autonomía económica. Cifra que se condice con la tasa de participación laboral remunerada, que es mayor en hombres que en mujeres (6,82 hrs versus 5,99 hrs respectivamente).
Este escenario debe cambiar desde una perspectiva de derechos de todas las partes
involucradas y los cuidados deben llegar a todas las personas que los requieren y a quienes cuidan. Más allá del lugar geográfico en que se encuentren; del género, la edad o situación económica. Por ello el presidente Gabriel Boric en su programa de Gobierno plantea la necesidad de crear un Sistema Nacional de Cuidados, idea que tiene un correlato en nuestro territorio a través de la iniciativa del Gobernador don Jorge Flies Añón quien en conjunto con el Fondo de Solidaridad e Inversión Social y la Secretaría Regional Ministerial de Desarrollo Social, gracias a las voluntades políticas, han levantado una propuesta de Sistema Regional de Cuidados. El cual se entiende como el conjunto de políticas, servicios y programas destinados a apoyar, asistir y cuidar a quienes lo requieren, incluyendo a la persona cuidadora.
Esta propuesta debe tener como pilar el enfoque de Derechos Humanos para brindar
dignidad a todas las personas. Integrar el Enfoque de Género, a fin de disminuir la brecha existente, estar centrado en la persona y sus necesidades. Pero para que sea pertinente, tiene que enfocarse en el contexto territorial y cultural en que se construyen las
comunidades, pues son éstas las que entregan la primera respuesta ante una necesidad.
¿A qué debemos apuntar para construir un Sistema Regional de Cuidados? A articular una
gran Red donde trabajen mancomunadamente todos los actores y actoras sociales comunitarios, institucionales, públicos y privados. Con el fin último de avanzar hacia una nueva Organización Social del Cuidado, donde todas y todos nos hagamos parte de esta responsabilidad. Donde superemos la mirada individualista y familista, que pone a los cuidados como responsabilidad de quien tiene la necesidad y en sus cercanos.
Debemos gestionar los recursos y coordinar los esfuerzos de manera eficiente y eficaz para que toda persona que requiera cuidados, los tenga y para que los apoyos sean brindados por la familia, pero también el barrio y las instituciones.
El interés en esta nueva Organización Social del Cuidado, más equitativa, participativa y con enfoque de género es un aspecto de interés público, porque todos y todas hemos
necesitado o necesitaremos ser cuidados. Y por ello debemos dar reconocimiento a la tarea del cuidado, facilitar condiciones para que sea un trabajo digno, valorar su aporte a la
economía del país, que aunque no se visibilice aporta casi el 20% del Producto Interno Bruto e involucrarnos en una redistribución justa. Pues hoy contamos con algunas cifras que permiten visibilizar el impacto de esta tarea, pero no es suficiente tener estadísticas si no les damos un uso práctico que se traduzca en una vida digna para todos y todas.
Javiera Oyarzo Pereira , Encargada Mesa Regional del Cuidados
Paola Fernández Galvez , Jefa de División de Desarrollo Social y Humano
GoRe Magallanes y Antártica Chilena