Por Eva Bahamonde T. @EVAGABRIELABT
Asistente Social de profesión y ofici
Para que nuestra Asamblea Constituyente no sea una copia versión “Fruna” de las actuales cámaras de diputados y senadores, debemos exigir reformas a la legislación actual, debemos solicitar que a medida que vayan detallando cuáles serán las ‘reglas del juego’ para el proceso constituyente, se incluyan a las bases transversales y fundamentales, tales como, los pueblos originarios, diversidad de género y que las postulaciones sean, además, desde la independencia política y no solo a través de la representación de los partidos políticos.
La participación social debe ser una exigencia, ya que la inquietud, la energía, la fuerza de la demanda es callejera y ciudadana, incluir al mismo tiempo en el proceso, a los y las jóvenes de 14 años, los cuales pueden ser responsables penales ante la ley, pero no ciudadanos ante el proceso constituyente, algo ilógico, siendo ellos quienes nos han dado cátedra de lucha, poder y valentía.
El gobierno tiene como deber garantizar que este proceso será ciudadano y debemos, como tales, continuar exigiendo que las demandas sean escuchadas, no basta con un acuerdo en que no participamos los asambleístas de la Mesa de Unidad Social, no basta que al otro día de aquel famoso acuerdo, aparezcan los políticos, los mismos que en muchos de los casos están completamente desacreditados por sus sobresueldos, viáticos, inasistencia a la Congreso, cero propuestas de ley y, más encima, votando en contra proyectos que favorecen a la ciudadanía y a favor de los que destruyen el medioambiente.
Escuché a un diputado diciendo que puede ser, que más adelante se sienten a dialogar con las mujeres, con los pueblos originarios, con los jóvenes, como si aún ostentaran de la confianza y poder de decisión. Es por ello que no hemos soltado las calles, es por ello que no las vamos a soltar, porque no les creemos, necesitamos que vayan tomando acuerdos a lo exigido, para ello el gobierno y el Congreso tienen el poder político para hacerlo, a través de “agendas cortas”, que vayan demostrando que los requerimientos ciudadanos son escuchados, las principales demandas; pensiones, sueldo mínimo, salud, educación. Mientras estas demandas no sean escuchadas y tomadas en cuenta, la credibilidad del proceso seguirá siendo ambigua.
El proceso que estamos viviendo es histórico, así lo vivimos y así lo vivo, cuando marcho de la mano de mis hijos, de mis colegas de trabajo, de mis compañeras feministas, con las cuales tenemos una doble labor y objetivo común, y por el cual debemos trabajar cual hormigas, debemos exigir reformas a la legislación vigente para que exista paridad de género en la integración de la Asamblea Constituyente. Para ello estamos pensando en grande y contribuir en formar unaalianza social feminista basada en los derechos humanos, que nos permita una posición favorable en este proceso, que evite acuerdos conservadores y patriarcales que ya tanto daño le han hecho a nuestra sociedad beneficiando el sistema capitalista y neoliberal.
Compartimos la convicción que el respeto y el reconocimiento de nosotras, las mujeres, son fundamentales para la buena convivencia, la justicia social y la democracia, queremos con nuestra propia voz plasmar en la Carta Fundamental la visión del Chile que queremos, ésas somos nosotras ¡¡¡Las Constituyentes!!!