Portando pancartas con el lema “Bienvenidos reyes, pero sus salmones no”, los cuales también estaban traducidos al noruego, integrantes de la ONG ambientalista se apostaron en las afueras del edificio de la Municipalidad de Santiago, donde los monarcas recibieron las llaves de la ciudad de Santiago. “Resulta inentendible es que en el discurso en conjunto que dieron el presidente Piñera y el rey de Noruega en La Moneda se haya puesto especial énfasis en la necesidad de protección de los océanos. ¿Pero acaso alguien se atrevería a decir que la industria salmonera ha sido un aporte en la protección y cuidado de nuestros mares?”, dice Mauricio Ceballos, vocero de la campaña Océanos de Greenpeace.
Santiago, 28 de marzo de 2019
Activistas de Greenpeace llegaron hasta el edificio de la Municipalidad de Santiago en el centro de Santiago para hacer ver al rey Harald V y la reina Sonja las graves consecuencias medioambientales que puede tener la expansión de la industria salmonera noruega, la cual ahora busca instalarse en la zona del canal Beagle.
Portando pancartas con el lema “Bienvenidos reyes, pero sus salmones no”, los cuales también estaban traducidos al noruego, integrantes de la ONG ambientalista se apostaron en las afueras del edificio municipal, donde los monarcas recibieron las llaves de la ciudad de Santiago.
De acuerdo con Greenpeace, la visita de los reyes de Noruega, entre otras materias, busca de manera prioritaria y estratégica la expansión de la industria salmonera en la zona más austral de Chile, todo con el fin de abrir las puertas a la salmonicultura nórdica en el canal Beagle.
“Chile debe impedir que ocurra una ‘conquista’ de la Patagonia chilena por parte de la monarquía de la industria salmonera. Permitir arrasar con el patrimonio más austral de Chile es un atentado contra todo el país y de manera especial contra el pueblo yagán que habita la zona hace miles de años. Hablamos, en definitiva de afectar de manera irrecuperable las aguas que son la puerta de entrada a la Antártida y lugar que alberga ballenas, delfines y pingüinos”, explica Mauricio Ceballos, vocero de la campaña Océanos de Greenpeace.
En las aguas más puras y frías del Beagle y Puerto Williams, la instalación de jaulas salmoneras de capitales noruegos es inminente. De ahí que se haya generado un amplio movimiento en la zona de Puerto Williams que busca impedir la llegada de la salmonicultura a una zona que ha sido definida como reserva de la biosfera por la Unesco y que alberga uno de los puntos más limpios y prístinos no solo de Chile, sino del planeta.
“Lo grave es que la empresa de capitales noruegos Nova Austral ya tiene cuatro proyectos aprobados para instalar 134 jaulas en la zona de Puerto Williams. Esta empresa no solo ya causó daños irreparables en otras zonas de Magallanes, sino que obtuvo estos permisos hace más de 15 años, sin evaluaciones ambientales ni participación ciudadana. Exigimos que se reviertan las irregularidades y que no continuemos la senda de destrucción que ya ha arrasado los mares de Chiloé y otras zonas australes de Chile”, dice Mauricio Ceballos.
Y agrega: “Lo que resulta inentendible es que en el discurso en conjunto que dieron el presidente Piñera y el rey de Noruega en La Moneda se haya puesto especial énfasis en la necesidad de protección de los océanos. ¿Pero acaso alguien se atrevería a decir que la industria salmonera ha sido un aporte en la protección y cuidado de nuestros mares?”.
En este contexto, el año pasado Argentina también recibió la visita de los monarcas noruegos, tras lo cual se realizó un convenio para evaluar la factibilidad de llevar industria salmonera a la Patagonia del país vecino. Este proyecto ha sido ampliamente rechazado en Argentina, movimiento que es encabezado, entre otros, por algunos de los chefs más reconocidos del país trasandino.
Crédito: Gonzalo Ponce Marambio / Greenpeace.